LA OTRA ISLA GRACIOSA, LA DE PORTUGAL

CONOCIDA COMO "LA ISLA BLANCA", LA MÁS SEPTENTRIONAL DEL ARCHIPIÉLAGO  DE LAS AZORES, COMPARTE NOMBRE CON NUESTRA GRACIOSA



La isla de la Graciosa se encuentra situada en el extremo norte del grupo central a unos 80km al noroeste de Terceira. Su superficie es de 61km2 (12.5 km de largo por 8 km de ancho) y es la segunda isla más pequeña del archipiélago. También la más seca y llana con sólo el 5% del total de la superficie de la isla por encima de los 300m y con escasas fuentes naturales. La zona más elevada de la isla son los 402 metros del pico de “Caldeira” en la zona oriental donde encontramos un gran cráter que domina el sudoeste.

La isla Graciosa probablemente deba su nombre a sus paisajes encantadores suavemente ondulados y a sus delicadas colinas con pequeños conos volcánicos –la mayoría de los cuales no llegan a los 100m- Esta isla concentra su población en el centro en contraste con el resto de las islas. En la costa sur, donde las laderas de Serra Branca se precipitan en el mar están las rocas blancas que pobablemente sean el origen del sobrenombre la isla blanca.


 
Las referencias arquitectónicas más características de Graciosa son, sin duda, los molinos de viento de estilo Holandés con sus peculiares tejados rojos con forma de cebolla, los más bonitos del archipiélago según la opinión de muchos, especialmente cuando sus brazos están cubiertos por tela. Desafortunadamente no quedan muchos hoy en dia. Del total de 30 con que contaba la isla no hace mucho tiempo, algunos fueron restaurados en los últimos años y hoy sólo cuatro aguantan de pie y a pleno rendimiento.


Históricamente hablando, el destino de Graciosa ha estado siempre íntimamente ligado al de Terceira, Faial, Pico y São Jorge, desde donde fue descubierta a mitad del Siglo XV. Su colonización empezó unos años después de su descubrimiento y sus primeros colonos llegaron de Portugal continental, atraídos por sus suelos fértiles y su paisaje suave. En Graciosa la agricultura prosperó rápidamente debido a los pocos desastres naturales que, en cambio, causaron estragos en otras islas. Las principales cosechas eran de cereales y vides.
La fama de la prosperidad de la isla pronto se hizo bien conocida atrayendo a corsarios y sus costas precisaron defensa. El resultado fue la construcción de un cinturón de defensa con nada más y nada menos que 13 fuertes. La riqueza económica de la isla alcanzó su punto culminante durante el Siglo XVIII cuando los ataques piratas disminuiron y la isla se convirtió en en el mayor productor de vid y cereales del archipiélago. En la segunda mitad del Siglo XIX, la buena suerte de la isla se truncó cuando las vides se contaminaron de la filoxera y las familias que basaban su economía en este producto, vieron sus ingresos decimados. La causa inmediata fue una gran ola de emigración hacia los EEUU y Canadá durante el Siglo XX que redujo la población de la isla a la mitad.

La población, hoy, es de menos de 5,000 habitantes que siguen viviendo de la agricultura, viticultura y ganadería siendo la producción de lácteos la principal fuente de ingresos de la isla. La sede de la Administración de Graciosa se encuentra en una encantadora población llamada Santa Cruz da Graciosa donde viven unos 1,800 habitantes. Recibió la nominación de ciudad en 1486 por su rápido crecimiento económico debido a su producción agrícola.