RECORTE A LA PESCA CON NASA

30 nasas por armador y sólo para aquellos que hayan venido haciendo esta actividad con anterioridad al menos de 10 años. Así lo dispone  la orden ministerial con la que Madrid se propone regular los artes y modalidades de pesca en Canarias y España. Los pescadores se sienten perseguidos. La medida se prevé que  entre en vigor el próximo 15 de octubre.
El secretario de la Federación de Cofradías de Pescadores de Las Palmas, Francisco Jiménez, expresó ayer el malestar del sector con la Orden Ministerial por la que se regulan los artes y modalidades de pesca, asegurando que la medida, con el recorte del número de nasas por armador a la mitad de las que actualmente se calcula existen,  pone en peligro la continuidad de la pesca artesanal en las islas, que cuenta con unas 700 embarcaciones, aunque no todas ellas emplean este antiguo arte para las capturas.
Opina Jiménez que ningún arte de pesca es malo si se usa bien, y que la nasa no representa ningún peligro para los ecosistemas marinos y los recursos pesqueros de los fondos marinos canarios. «Han sacado una orden sin contar con los estudios necesarios, ya que no existe el informe preceptivo del Instituto Español de Oceanografía que determina si este arte y todos los demás produce algún perjuicio a la conservación de los recursos», indicó el directivo.

La decisión impulsada por la Secretaría General de Pesca «se toma como medida precautoria y entonces  recorta el número de nasas en 30 por armador, pero sin motivarlo con estudios científicos», apunta Jiménez, señalando que con ese número de artes «no vive nadie; eso es condenar a la desaparición a gran parte del sector pesquero artesanal, que en Gran Canaria por tradición pesquera es muy importante la nasa», revela.
Según Jiménez, el Cabildo tiene un estudio en el que se asegura que en la zona norte de Gran Canaria «no representa ningún perjuicio para la conservación de los recursos, siempre que se haga un buen uso de ella», comenta.
Por su parte el patrón mayor de la Cofradía de Arguineguín, Ricardo Ortega, expone que la situación es más delicada que nunca, no ya por la problemática generada por el desembarco de pesca marroquí en el Puerto de la Luz, y el reducido cupo de capturas de atún rojo asignados a Canarias, sino porque esta Orden de Madrid «va a limitar, cuantitativamente hablando, el uso de artes de pesca tradicional y ocasionar un daño económico brutal».
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